
Las promesas y virtudes de las células madre como herramientas revolucionarias para tratar enfermedades complejas llevan con nosotros desde hace mucho tiempo. Desde los mediáticos casos de extravíos de células de cordón umbilical guardados en bancos particulares, pasando por llamativas llamadas a la acción carentes de evidencia científica procedentes de organizaciones privadas. Este último caso me ha sorprendido, pues estas empresas han promocionado el almacenamiento de células madre obtenidas de dientes de leche como una inversión de futuro para curar condiciones tan graves como la diabetes tipo 1 o incluso el autismo.
Promesas comerciales vs. evidencia científica
Según el artículo publicado por Emma Wilkinson en The British Medical Journal (TheBMJ), compañías como Future Health Biobank, BioEden y Stem Protect ofrecen este servicio en el Reino Unido por más de 2.000€, más una cuota de mantenimiento anual de 109€, sin contar con un respaldo científico. En sus mensajes publicitarios, estas empresas aseguran haber suministrado muestras para terapias y aplicaciones relacionadas con autismo, regeneración de cartílago o diabetes tipo 1, paladar hendido, anemia falciforme, VIH e inmunodeficiencia combinada grave.
La profesora titular de Biología de la Universidad de Kent, Jill Shepherd, asegura que no hay evidencia científica al respecto, pues «hay una falta de pruebas y una escasez de investigaciones que utilicen células madre de la pulpa dental para tratar a los pacientes«. Por otro lado, el investigador Sufyan Hussain advierte que «en la actualidad, no hay una respuesta definitiva sobre la fuente óptima de células madre para futuras terapias contra la diabetes». Y bien lo sabe él, pues está especializado en el estudio de terapias con células madre para la diabetes tipo 1.
El caso del autismo: cuando la promesa es peligrosa
Uno de los puntos más delicados de esta problemática es la asociación entre células madre y supuestos tratamientos para el autismo. La Sociedad Nacional del Autismo del Reino Unido ha calificado estas promesas como “indignantes y moralmente reprobables”, al tiempo que recuerdan que el autismo no es una enfermedad sino una condición y que, por tanto, no tiene cura.
Pero estos mensajes, carentes de base científica, no solo se lanzan desde el extranjero sino que también se mandan a pacientes residentes en España. Con una simple búsqueda en Internet he dado con un supuesto laboratorio con el nombre comercial de Cells4Life, registrado por una empresa con sede en Granollers (Barcelona), quienes afirman poder tratar el autismo con un trasplante autólogo de células madre de sangre de cordón.
Ya no solo hablamos solo de falta de evidencia y de una supuesta publicidad engañosa al presentar estas terapias como probadas y efectivas, sino también de un riesgo ético profundo: se juega con la esperanza de familias que buscan respuestas, a menudo en situaciones de gran vulnerabilidad tras recibir un diagnóstico de TEA o en la búsqueda de tratamientos que mejoren la calidad de vida.
Fake news y desconfianza en la ciencia
La Agencia de Normas Publicitarias del Reino Unido (ASA) ya ha empezado a revisar los mensajes de estas compañías y, en el caso de Future Health Biobank (una de las empresas señaladas) ya ha declarado que revisará la forma en la que presenta la información para diferenciar claramente entre los testimonios de los clientes y los resultados clínicos probados.
El potencial de las células madre es innegable. No obstante, convertir esa esperanza en marketing sin evidencia sólida es una práctica peligrosa que erosiona la confianza en la ciencia y puede causar daños económicos y emocionales a miles de familias.